En un tiempo record la marca Brute Force ya se ha hecho un hueco en nuestro país gracias a la simplicidad de modelos de botas militares que lejos de caer en la competencia del diseño apuesta por un estilo clásico puesto al día.  El diseño de una bota no puede hacerse desmereciendo el interior de la misma que es donde van a ir los pies de quienes las usen, así que para fabricar unas botas militares cómodas, lo primero que hay que conocer es la estructura y morfología del pié, simplemente eso. Hormas y patrones como las botas de siempre.

De poco importa hacer botas de todos los tamaños e incluso fabricar entretallados si por mucho que nos quepa el pié después nos costará andar con ellas, así que poco hay que inventar en este sentido puesto que aunque los pies de todas las personas no son iguales si que son parecidos y desde hace muchos años se vienen fabricando con unas hormas precisas que lo único que hay que hacer hoy en día es aprovecharlas por que son la herencia de la sabiduría de los zapateros.

Brute Force sabe que generación tras generación, los mejores zapateros han seguido fabricando calzado cortando las piezas a mano para poder elegir la parte del cuero que mas se adapte al patrón para que los cortes se adapten perfectamente a las hormas del tallaje, así que aunque ahora se corten las piezas con ayudas de tijeras eléctricas, esta marca de calzado respeta la forma de confeccionar las botas, y utiliza el mismo sistema de cortado y guarnecido de las piezas que han venido haciendo los zapateros artesanos, aparándolas una a una con una precisión casi milimétrica.

No solo la comodidad es una de las mejores bazas de esta marca pero sin duda cuando uno se calza unas botas militares Brute Force enseguida tiene la sensación de tener los pies protegidos, y tras andar una buena caminata con ellas, aunque sea campo a través, los pies acaban cansados del esfuerzo pero no doloridos del aprisionamiento porque precisamente es la horma y la forma de las botas y no el diseño quien nos acompaña durante las caminatas.