Aunque una silla sirve para sentarse, no todas son iguales ya que dejando a un lado las clásicas que utilizamos en casa y las de plástico que utilizamos en el jardín, ni siquiera todas las sillas de camping son iguales aunque tengan un denominador común. Una silla de camping puede ser algo tan rudimentario como una tela con un armazón metálico, pero indudablemente ni siquiera toas son igual de resistentes ni están fabricadas con los mismos materiales. Mientras que una silla de playa está concebida para un uso moderado donde no importa tanto la calidad como el precio, una silla de campo, debe ser lo suficientemente dura como para soportar el peso del cazador o campista y al mismo tiempo el traqueteo y los golpes que se lleva esta compañera de viajes. El chasis o armazón de una silla de campo está formado por un tubo curvado en fábrica mediante una máquina especial llamado curvadora que permite dar la forma al tubo redondo sin necesidad de cortar y soldar piezas, proporcionando un resultado mucho mas fuerte y duradero que los fabricados con soldaduras de metal. De esta manera cuanto menos empalmes lleve la estructura de la silla, mayor será la durabilidad, así que los mejores fabricantes, solo incorporan barras adicionales cuando con un solo tubo no puede conseguirse la forma total. aunque estas barras solo se adicionan al diseño cuando se trata de sillones o sillas más grandes o que tengan que soportar mucho mas peso. El diseño de la silla de campo debe ser lo más sencillo posible, con una estructura o patas plegables y una tela cogida a la estructura mediante presillas o dobladillos que abracen el tubo de manera que no puedan soltarse. En el caso de las sillas de acampada de madera si que se les suele reforzar la estructura con travesaños precisamente porque estas sillas se fabrican con listones rectos y es necesario incluir al menos dos travesaños para mantener las formas de las patas y darle firmeza a la estructura.