Cuando salimos de viaje lo primero que preparamos son las maletas, a las que vamos añadiendo ropa y enseres personales generalmente sin hacer una lista de cosas imprescindibles y casi obligatorias de llevar.
Toda previsión es poca a la hora de llevarnos algo tan sencillo como una linterna que aunque creamos que nunca vamos a necesitarla, llegado el caso nos arrepentiremos de no haber sido precavidos, ya que de lo que se trata es de adelantarnos a los acontecimientos y equiparnos aunque sea mínimamente.
Lo mismo sucede con los botiquines de primeros auxilios que siempre debemos de llevar en el coche para no tener que estar cogiéndolo una y otra vez de casa, aunque si solo tenemos uno nos podemos servir de el cogiéndolo cuando nos vayamos de viaje, aunque lo ideal es llevarlo siempre en el maletero.
En nuestras acampadas o paseos por el campo, una jornada de caza o un día de camping, podemos necesitar una tirita, una venda, agua oxigenada o esparadrapo, y no es hora de salir corriendo a comprar uno o maldecirnos por no haberlo llevado.
Los botiquines se tienen como los seguros, no para usarlos siempre, sino para casos de necesidad, y cuando la necesidad se presenta solo podemos afrontarla si antes hemos pensado en ella siendo previsores.