Las garrapatas son parásitos que viven en pastizales y en lugares con vegetación abundante y se adhieren al cuerpo de los animales cuando pasan pasan por su lado, desplazándose hasta los lugares más húmedos y calientes del cuerpo del animal.

Una vez que la garrapata se instala en las axilas, las ingles o en el pelo de nuestra mascota, solo puede descubrirse por inspección visual, ya que el perro no manifiesta un comportamiento explícito que haga pensar que está parasitado, al menos hasta que pasa un tiempo y comience a enfermar manifestando fiebre y rigidez en el cuello y otros síntomas muy similares a los de la gripe.

La mejor manera de proteger a nuestros perros y gatos de estos molestos parásitos es mantenerlos siempre límpios y colgarles del collar un buen ahuyentador de pulgas y garrapatas que también puede colgarse en la caseta del perro o colocarse en la cesta de dormir.

Existen unos 850 tipos de garrapatas y todas ellas pueden ocasionar problemas de salud a nuestros animales, llegando incluso a dañar el corazón, el riñón, las glándulas suprarrenales, el hígado y hasta el sistema nervioso, llegando a ocasionar la muerte si no se trata debidamente el problema.

Una vez que las garrapatas se han instalado en el cuerpo del animal hay que proceder a quitarla de manera correcta porque corremos el riesgo de dejar la cabeza incrustada en la piel, así que si no queremos estar buscando minuciosamente lo mejor es utilizar el ahuyentador de garrapatas y evitar que se le acerquen.