El grafeno es una variante del carbono con sólo un átomo de espesor, pero sorprendentemente fuerte y flexible. Entre las más recientes aplicaciones de este material están la resistencia a disparos de armas.
Y la propiedad de separar protones de electrones, crucial para la energía limpia.Uno de los más versátiles materiales ya descubiertos, el grafeno abre tantas posibilidades de utilización que es difícil pasar mucho tiempo sin que aparezca alguna novedad importante sobre su aprovechamiento.
Uno de los más recientes estudios sobre esta superfuerte y ultrafina forma de carbono con sólo un átomo de espesor, publicado en la revista Science, interesa particularmente a fuerzas militares y de seguridad.
Un estudio estadounidense reveló que el grafeno es mucho más resistente que los mejores materiales usados contra disparos de armas.
Jae-Hwang Lee y sus colegas de la Universidad Rice en Houston realizaron pruebas de balística.
Para medir la reacción del material a tiros con microbalas de sílice a una velocidad de 3 kilómetros por segundo.
Tres veces la de una bala disparada por un rifle M16 . Los científicos utilizaron entre 10 y 100 capas superpuestas de grafeno.
Que juntas no son más gruesas que un hilo de cabello.
Y calcularon la diferencia de velocidad de las balas antes y después de alcanzar el blanco, correspondiente a la fuerza recibida por la sustancia.
"Si un material causa un gran cambio en la energía cinética de un proyectil, puede ser más ventajoso para el uso en protecciones contra balas", afirma Lee.
Actualmente profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica e Industrial de la Universidad de Massachusetts-Amherst.
Fue lo que sucedió: las capas del grafeno disiparon la energía cinética estirándose en forma de cono.
Después del punto de impacto y luego se partieron en varias direcciones.
Incluso con la rotura, la resistencia del material fue dos veces mayor que la del kevlar, la fibra sintética usada en chalecos antibalas, y diez veces mayor que la del acero.
Es importante subrayar que la experiencia fue hecha con capas que, juntas, tenían espesor ínfima.
Añadir cientos de otras capas deberá impedir que las fisuras causadas por los tiros se extienden, imaginan los investigadores.
"Espero que las superarmaduras comerciales de grafeno sean viables dentro de una década", afirma Lee.