Los relojes que conocemos hoy son el resultado de la evolución de varios instrumentos creados para medir el tiempo, desde la antigüedad, en diferentes formatos. Es uno de los inventos humanos más antiguos, hoy vamos a hablar sobre la evolución del reloj.

El ser humano siempre ha sentido la necesidad de medir el tiempo. Incluso las sociedades más antiguas ya observaban los patrones de la naturaleza para programar siembras y cosechas. Inicialmente, era importante saber distinguir las estaciones.

Desde las civilizaciones antiguas, con formas rudimentarias y utilizando recursos naturales, hasta la modernidad, con accesorios que emplean las tecnologías más avanzadas, la marca del tiempo fue un punto clave para acompañar el desarrollo de la humanidad.

Los relojes surgieron de la necesidad del ser humano de ubicarse en el tiempo. A lo largo de los siglos, el desarrollo tecnológico ha llevado a la reinvención de estos complementos, haciéndolos cada vez más modernos y funcionales.

La historia de los relojes

Alrededor de 1500 a.C. el dispositivo basado en la posición del Sol fue el primero utilizado como una forma de medir el tiempo, encontrado a través de la arqueología, en la civilización egipcia. 

A través de algunos cálculos, la gente dividió el día y la noche en 12 horas, orientándose por las sombras, y luego por las estrellas; el concepto de 'horas' se vuelve un poco más cercano.

También había, en Egipto, relojes accionados por agua, llamados "clepsidras". Este modelo tenía una ventaja, ya que no dependía de las condiciones climáticas para ser utilizado.

Al entrar en la era cristiana, ya en el año 725 d. C., un monje budista chino llamado Yi Ching fabricó el primer reloj mecánico conocido. Funcionaba con un juego de engranajes y 60 baldes de agua, correspondientes a los 60 segundos que componen un minuto.

Un poco más tarde, alrededor del año 800 d.C., el califa Harune Arraxid regaló a Carlomagno un elefante y un reloj mecánico del que salía un caballero que decía la hora. Como el califa era de Bagdad, esto podría significar que los asiáticos inventaron los primeros relojes mecánicos.

Llegando a la modernidad, con el avance de la tecnología, se crearon relojes de cuarzo, digitales y atómicos, cada vez con más precisión en la medición del tiempo, siguiendo las necesidades humanas y los descubrimientos científicos.

Además, para los aventureros podemos encontrar los relojes tácticos con paracord, silbato y pedernal.

El nombre “reloj” proviene de una palabra latina, horologium, que significa “conocimiento de la hora”. Aun así, en griego, la expresión horologion tiene el significado de “cuadrante solar que marca el tiempo”.

Es importante recalcar que la expresión “hora” tenía un significado más amplio, refiriéndose a tiempo o estación, no el mismo que se usa hoy en día, en el cual el concepto de hora ya está bien definido.

El “cuadrante solar” está ligado a la primera forma que encontraron los humanos de medir espacios de tiempo más cortos, a través de la posición del Sol y la sombra que este produce sobre la Tierra. A medida que la estrella se mueve, las sombras cambian de ubicación y tamaño, lo que permite contabilizar el paso del día.

La evolución del reloj 

A partir del siglo XIII, la invención del reloj mecánico revolucionó la forma de medir el tiempo. Procesos continuos, repeticiones de procesos oscilatorios, oscilaciones del péndulo y vibraciones de cristal de cuarzo hicieron que la medición fuera más precisa.

El reloj de bolsillo comenzó a circular alrededor del año 1500. El primer ejemplar fue creado por Peter Henlein, en la ciudad de Nuremberg y, dada su forma, fue apodado el “Huevo de Nuremberg”.

Inicialmente era de hierro, con una cuerda de unas 40 horas y un muelle en espiral. Tenía un mecanismo de sonería y, durante mucho tiempo, representó una revolución en el campo de los inventos en Europa.

Cuando aparecieron por primera vez, los relojes de pulsera solo los usaban las clases altas y científicas. Pero pronto se extendieron al resto de la población. La comercialización estuvo a cargo de la empresa Patek Philippe, aunque muchos creen que su inventor fue Santos Dumont.

El aeronauta brasileño habrá pedido a su asistente Cartier que le coloque el reloj de bolsillo en la muñeca, ya que es más práctico durante los vuelos.

Este objeto se hizo popular durante la Primera Guerra Mundial, ya que los soldados necesitaban tener acceso rápido al tiempo en el campo de batalla. Desde entonces, los mecanismos se han mejorado y los horarios se han vuelto más precisos.

Cada vez más modernos y funcionales, sirve, hoy en día, mucho más que mirar las horas.

Para la Historia siempre ha sido un objetivo de enorme trascendencia, no sin razón es común encontrar copias en exposiciones de pertenencias de personalidades como presidentes, reyes y emperadores. Su poder de seducción es igualmente incuestionable, pudiendo determinar, incluso en una “primera impresión”, cuál es el estado de una persona o incluso su forma de ser.

Hoy en día tenemos relojes de mujer y relojes de hombre en diferentes categorías como: relojes analógicos, relojes digitales y los más modernos como los smartwatches.

Esta era anunciada por el prefijo “smart” se ha extendido a todas las ramas de la electrónica. Hoy en día, tener un reloj capaz de enviar y recibir notificaciones de todo tipo ya no es nuevo. Aun así, el poder de conectividad de estos ordenadores de muñeca es, sin duda, algo digno de admiración.

¿Cuál será el siguiente paso del reloj? ¿Mostrar la hora correcta es la tarea principal de los populares relojes en la actualidad o esta función, una vez preponderante, se ha convertido en una característica adicional que ofrecen los relojes de pulsera inteligentes?