La fusta es una pequeña vara flexible que se emplea para dar ordenes a los caballos y su uso está extendido en todo el mundo, de manera que se ha convertido en un accesorio casi imprescindible a la hora de montar a caballo.
Las buenas montas en los hipódromos depende de muchos factores, tales como la experiencia, el conocimiento del caballo, la habilidad y hasta el estado anímico del jockey y en ocasiones del caballo, que requiere una preparación previa para que entre otras cosas se encuentre relajado, pero los expertos señalan que en condiciones normales el buen uso de la fusta hace ganar una carrera y conservar bien al caballo.
A los caballos hay que saberlos fustigar correctamente y nunca de forma excesiva ya que de lo contrario resultaría inadecuado pero también puede resultar igual de inapropiado no usarlo cundo se debe, por ejemplo para desperezar al caballo o animarlo para requerirle más esfuerzo.
El jockey en este caso es el que tiene que tener la máxima concentración y estar pendiente del caballo, porque en ocasiones los caballos pueden despistarse y mirar hacia las gradas o a cualquier otro caballo, y es el jinete quien debe corregir el comportamiento con un ligero golpe de fusta debajo del hombro para recordar al caballo que no está allí para ver el espectáculo sino para ganar la carrera.
Nunca debe pegarse al caballo demasiado fuerte y la fusta no debe utilizarse para castigar al caballo sino para conducir su conducta.