Hay varias maneras y formas de afilar un cuchillo o una navaja, y podemos utilizar procedimientos manuales o automáticos para dar filo a las hojas y procurar que corten limpiamente.

La finalidad de un afilador de cuchillos ya la dice su propio nombre, así que el proceso de afilado tiene que ser algo sencillo y por supuesto seguro, sobre todo para la persona que use estos aparatos.

El utensilio mas básico y sencillo es la piedra de afilar, y a partir de esta, cualquier otro artilugio para afilar cuchillos es igual de válido siempre que ofrezca una calidad de afilado lo suficientemente buena como para catalogarlo de afilador.

Los hay sencillos y hay hasta modelos complicados, motorizados o automáticos, pero estos están reservados para la industria cuchillera  pues incluso hasta en una alta cocina bastará con un afilador de calidad.

El secreto de un buen afilado está más en la forma en que demos el filo que en el diseño del afilador, así que si no conocemos ningún modelo, siempre es mejor elegir el mas sencillo.

Hace siglos se daba filo a las herramientas y cuchillos metálicos con piedras naturales, frotando estas de manera ligera contra el metal hasta conseguir el filo deseado,

Otra forma de afilar los cuchillos profesionales es frotando dos de ellos, uno contra otro, aunque esta práctica está reservada a los charcuteros, pescaderos y cocineros puesto que si no se hace con la debida técnica, puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Nuestra recomendación es que se use un afilador que no requiere una técnica complicada y resulta más fácil de utilizar.