Cuando nos exponemos al sol durante mucho rato, ya sea en la playa, durante el trabajo , en las excursiones o durante la práctica de algún deporte o hobby como el airsoft, siempre se nos olvida lo mas importante.

Podemos llevar un calzado cómodo, una camiseta sin tirantes para ir frescos, un pantalón corto o un bañador; todo se acepta en verano siempre que no pasemos demasiado calor y podamos hidratarnos por fuera con un baño y por dentro con agua o líquidos.

El caso es que aunque sudemos, repongamos la pérdida de agua para evitar la temible deshidratación que lleva aparejadas los mareos y bajadas de tensión. Pero aparte de reponer líquidos, el cuerpo necesita estabilizarse en una franja de temperaturas para que todo funcione perfectamente.

Ni demasiado frío ni demasiado calor.

Somos seres vivos y nuestra temperatura fluctúa dentro de unos margenes considerados normales, pero a veces se desestabilizan por varios motivos, y uno de ellos es la temperatura del ambiente donde estemos, teniendo en cuenta que en el caso de que estuviéramos dentro del agua la temperatura que incidiría sobre nuestro cuerpo es la del agua no la exterior.

Nuestra piel nos protege de subidas y bajadas de temperaturas, actuando de barrera térmica, por eso la mayor parte del cuerpo cubierta por la piel aunque sufriría con el sol, al mismo tiempo nos protegería interiormente y evitaría subidas elevadas de la temperatura de nuestro cuerpo.

En el caso de la cabeza cuando recibe los rayos del sol la cosa cambia un poco, ya que si tenemos pelo, este impedirá que los rayos solares atraviesen la cabellera, pero no el calor propiamente dicho, que en la cabeza mas que una subida de temperatura nos va a causar un malestar si no la llevamos protegida con algún gorro o sombrero.

Lo mismo ocurre con la cara, puesto que aunque protejamos los ojos, la piel queda expuesta directamente a los rayos UVA y también podemos protegerla con un pañuelo o con la misma gorra que utilicemos para la cabeza.

Desafortunadamente no podemos elegir la temperatura exterior ni regular los rayos del sol, pero si protegernos de ellos y exponernos a el con cuidado llevando la debida protección, sobre todo en la cabeza.