La impermeabilidad ha estado presente en los tejidos desde hace bastante tiempo. Desde los que son de puro plástico, hasta tejidos sintéticos o de fibras naturales con revestimientos impermeabilizantes, todos pueden ofrecer protección eficaz contra la lluvia o el frío.

impermeabilidad

La cuestión de la impermeabilidad puede parecer un todo o nada, es decir, el tejido es impermeable o no lo es.

En realidad, existe un razonable grado de confusión con respecto a este asunto.

Cuando algo es impermeable es impenetrable al agua o a otros fluidos.

Pongamos un ejemplo con la ropa deportiva: estamos corriendo bajo la lluvia con una prenda impermeable y transpirable.

Esta debería impedir que nos mojásemos con el agua y dejar salir la humedad producida por el sudor.

Se usan en muchos deportes y profesiones en la mar, como la pesca, y también suelen llevarlo los niños pequeños, junto a las botas de goma, los días de lluvia.

La impermeabilidad tiene su historia

Charles Macintosh patentó su invento de tejido plastificado impermeable en 1823, que consistía en prensar una capa de caucho entre dos piezas de tela.

Lo que ayudó a reducir la sensibilidad de la goma de caucho al cambio de temperaturas.?

Sus primeros impermeables se hacían en la fábrica téxtil familiar, la Chas Macintosh and Co. de Glasgow.

Pero en 1830 la compañía se fusionó con la compañía de ropa de Thomas Hancock en Manchester.

Hancock también había estado experimentando con tejidos recubiertos de goma desde 1819.

Los primeros impermeables tenían el problema del olor y una tendencia a fundirse en un clima caluroso.

Pero Hancock continuó mejorando sus tejidos impermeables, patentando un método para vulcanizar goma en 1843, que resolvió muchos problemas.

Para medir la impermeabilidad, se realiza un test prueba de presión de agua siguiendo un protocolo.

Sabiendo que la presión media del agua de lluvia varía de 1000 mm a 2000 mm, se considera que un tejido es impermeable a partir de 2000 mm.

Podemos encontrar miles de productos impermeables, como chaquetas, botas, mochilas, chalecos, ponchos y incluso binoculares.

Seguro que tienes algo un tu armario que sea impermeable, ya hace parte de nuestras vidas que muchas veces nos protege en malos tiempos, como lluvias y vientos.

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