La correa es una pieza muy extendida entre la mayoría de usuarios de armas de fuego. Su principal función es la de facilitar el transporte de nuestro rifle o escopeta, están diseñadas para ir acopladas a la culata facilitando las transiciones.
Podemos desplazarnos recorriendo cualquier lugar sin temor a quedarnos enganchados en cualquier objeto saliente es realmente un accesorio útil que sirve para poder tener las manos libres sin tener que apoyar el arma en la pared o dejarla en el suelo al alcance del agresor.
Si dotamos a nuestra escopeta de este elemento podemos dejarla colgada teniéndola lo más a mano posible en un forcejeo o simplemente realizar una acción que requiera de las dos manos.
Para poder acoplar una correa para arma, es necesario primero disponer de la tornillería y piezas necesarias. Por lo general, estas piezas en forma de tornillos y anillas especiales, se colocan en los guardamanos y/o en la culata de nuestra arma larga y facilitan la posterior colocación de la correa deseada.
Existen numerosos tipos de correas portafusil, desde las correas tácticas de 1 o 2 puntos de anclaje, hasta los modelos más clásicos de correas de piel y hebillas metálicas.
Cómo montes la correa en el fusil es importante. Es aconsejable fijar la correa portafusil en los puntos más alejados que se pueda sobre el fusil. Así se mantiene el arma ceñida al cuerpo cuando se tensa la correa. También hay que ajustar la correa en dos posiciones: suelta y apretada
En modo transporte la correa mantiene el fusil ceñido a tu cuerpo, tanto por delante como en tu espalda, pero suficientemente suelto como para que puedas disparar con tu fusil.
Una correa de rifle ha de ser lo más simple posible, pero al mismo tiempo tener las suficientes características que la hagan una buena correa, algunas de estas características pueden ser:
- Peso
- Posiciones en la que permite tirar
- Material de la correa
- Material de los enganches