Mechero y fósforo. En épocas anteriores, cuando se hablaba de fósforo, eso significaba varillas de madera  embebidas en algún químico inflamable para facilitar a la hora de encender. Para conseguir un poco de calor, era necesario provocar chispas o generar fuego de alguna manera cerca de las varillas.

Entonces, cuando algunas fuentes señalan que los primeros fósforos surgieron en China, ten en cuenta que se trataba de varillas inflamables que ya dejaban previamente embebidas para el caso de una emergencia.

La definición del diccionario apunta que un mechero es un "objeto provisto de pedernal (piedra de fuego), la cual, al ser golpeada, produce chispas que inflaman una mecha".

El mechero fue inventado en el siglo 16 y se trataba de una antigua arma de fuego adaptada.

Por otro lado, la definición de fósforo dice que se trata de un "palillo encabezado por una mezcla de combustible que arde en llama cuando se calienta, generada por la fricción o fricción con una superficie áspera". Y en ese punto algunas fuentes van a afirmar que las antiguas varillas no son fósforos porque no dependen de la fricción para encenderse.

Fue sólo en 1826 que el inglés John Walker inventó el primer fósforo como el que conocemos hoy. Sin embargo, los fósforos creados por Walker no eran muy confiables, entonces el producto no llegó a tener éxito.

Fue sólo cinco años después de que el francés Charles Sauria desarrolló palillos cubiertos con fósforo blanco.

El problema es que esta es una sustancia extremadamente tóxica e inflamable, lo que hacía que los fósforos encendieran incluso cuando no querías.

En la década de 1990, los gobiernos de Estados Unidos y de Europa forzaron a los empresarios a intercambiarlo por una sustancia atóxica.

Asumiendo que los mecheros  vinieron antes de los fósforos, entonces ya sabes que el primer mechero fue creado en el siglo 16.

Pero fue sólo en el año 1823 que el químico alemán Johann Wolfgang Dobereiner llevó los créditos por haber inventado el primer mechero, que se conoció como "lámpara de Dobereiner".

Funcionaba a partir de una reacción de hidrógeno en una esponja de platino, que proporcionaba calor. Desafortunadamente, la creación tampoco ha tenido mucho éxito.

Fue entonces cuando el austríaco Carl Auer Von Welsback patentó el ferrocerio, una sustancia metálica que crea muchas chispas, en 1903.

Fue ese elemento que permitió la producción de encendedores como conocemos hoy, después de todo, es la fricción que provoca la chispa y hace que el fluido o el gas entre en combustión para que tengamos fuego.