El camuflaje militar es la habilidad por la cual un objetivo pasa desapercibido de la mirada de un soldado o vehículo enemigo, confundiéndose con el entorno que le rodea. También se puede mimetizar el uniforme mediante la maleza natural o artificial, como el barro, la nieve, las ramas, etc. La pintura en la cara, es decir, camuflar la piel era solo una línea negra bajo los ojos. Ese es todo el maquillaje de los soldados actuales. Pero al contrario que los sioux, comanches y otras tribus que habitaron el Oeste estadounidense hasta el siglo XIX,  se pintaban el rostro con diversos colores para atemorizar a sus rivales, los mercenarios de hoy lo hacen para evitar que les ciegue el reflejo del sol. Un camuflaje militar exitoso mediante pintura para el rostro se consigue manipulando la luz. La piel es naturalmente oleosa y brilla al ser expuesta a la luz. Las áreas específicas involucradas incluyen la frente, las mejillas, las orejas, el puente de la nariz, la barbilla y las puntas de las orejas. Las zonas de sombra son los ojos, los lados de la nariz, debajo del mentón y la mayor parte de las orejas. En las áreas más brillantes deberían aplicarse colores oscuros y en las áreas de sombra colores claros. La selección de color es esencial al aplicar pintura de camuflaje. Usa verde y arcilla en las zonas de vegetación verdosa. Usa arena y verde claro en áreas con poca vegetación. El blanco y la arcilla deberían usarse solamente en zonas cubiertas de nieve. Evita usar pintura negra. Este es un color raro en la naturaleza y por lo tanto puede hacerte resaltar. Por norma general, los kits de camuflaje, vienen con varios  colores verde, azul, ocre y negro, una curiosidad, aparte de camuflarnos, también nos protegen del sol y repelen los insectos.