El silbato actúa al hacer que el flujo suave de aire, sea dividido por una hoja delgada afilada, a veces llamado fipple, creando un remolino turbulento que hace que el aire generando una vibración al agregar una cámara de resonancia a la base, se produce el silbido. Puede ser operado por la boca, o impulsado por aire a presión, vapor, o por otros medios. Los silbatos varían en tamaño, como por ejemplo, los pequeños silbatos de uso personal, los que son silbato flauta o gigantes, como los usados en calderas, trenes, y barcos. La invención de silbato tiene sus orígenes en la antigua China, lugar en donde los vigilantes nocturnos de las ciudades tenían unas copas de bellotas en las cuales soplaban para alertar a los pueblos de las invasiones de otros pueblos; como los mongoles. También en el antiguo Egipto se tiene conocimiento de que utilizaban dos hojas de la planta del papiro, las colocaban entre las palmas de sus manos y soplaban en ellas produciendo un sonido vibrante. Quien no puede pensar en el silbato más primitivo, el usar los labios de la boca para emitir un chiflido. Los silbatos no sólo se usan en los deportes, sino también para señalar el fin de un día de trabajo e incluso para avisar que un tren se acerca. Aunque aún tienen muchos usos, los silbatos también se han convertido en artículos de colección para quienes les atraen sus cualidades únicas. Los policías los usan primordialmente para llamar la atención de alguien, utilizan los silbatos para organizar el tráfico. Cuando generan un silbatazo largo y con sonido alto es para indicar que se detenga el tráfico y cuando indica un silbatazo corto significa continuidad del tráfico. Hay también los silbatos para perros que es generalmente un silbato delgado de forma cilíndrica que emite un sonido extremadamente agudo e inaudible para los humanos. Se usan generalmente para entrenar perros y a veces gatos, pues también pueden escucharlos. Los árbitros que ofician en distintos deportes usan variados tipos de silbatos, pero el más popular es el que emite sonido sólo mediante el uso de aire comprimido y no contiene un guisante. Un guisante es una bolilla de metal que encaja en el compartimiento de aire del silbato y vibra cuando éste es soplado. Los árbitros profesionales prefieren este tipo de silbato porque es uno de los más sonoros y puede oírse por encima del ruido de una cancha. En la marina utilizan los silbatos contramaestre, se compone de un tubo estrecho que dirige el aire sobre una esfera de metal con agujero en la parte superior que sirve para cambiar el tono. Se utiliza para trasmitir orden a bordo de buques, teniendo la ventaja de que, gracias a su fuerte sonido, pueda ser escuchado por toda la tripulación, aún en condiciones de mal tiempo.