Las huellas dactilares pueden llegar a determinar la vida de una persona en un crimen

Las huellas dactilares son únicas en cada individuo, siendo distintas incluso entre gemelos univitelinos. Tal característica, llamada unicidad, las hace ser utilizadas como forma de identificación de personas desde hace siglos.

Una huella dactilar es la impresión visible o moldeada que produce el contacto de las crestas papilares de un dedo de la mano sobre una superficie.

El 15 de marzo de 2010 vio la luz un artículo científico que informa el descubrimiento de que las comunidades de bacterias que alberga la piel son diferentes en cada individuo, es decir, se propone el uso del análisis de las bacterias de las huellas dactilares de un individuo para fines de identificación forense.

La identificación del tirador por el arma se basa en el encuentro de huellas dactilares dejadas en las armas.

Una vez encontradas, se debe tomar la precaución de manipular con cautela el arma recogida en el lugar del crimen y realizar una fotografía de las impresiones.

De manos de la fotografía el experto la revelará y las impresiones serán nuevamente fotografiadas y tendrán su tamaño ampliado, para ser mejor estudiadas.

Si hay sospechosos, las impresiones se comparan con las suyas, de lo contrario se comparan las del banco de huellas digitales, donde haya.

¿El acusado efectuó los disparos? ¿Cómo tener más información además de simples relatos?

Es sabido que un arma de fuego emite varios residuos que pueden impregnar en la piel del tirador.

A través de técnicas analíticas, es posible determinar si una persona disparó o no con un arma de fuego.

Las huellas dactilares son únicas y ayudan mucho para solucionar un crimen

Y no sirve lavar la mano, pues los residuos penetran en la piel y la detección es posible, en promedio, hasta cinco días después de lo ocurrido.

Otra posibilidad es la intoxicación comúnmente vista en forma de envenenamiento. Es posible analizar los fluidos del cuerpo a fin de encontrar trazas de la sustancia en cuestión.

Las simples marcas de dedos, conocidas por todos como huellas digitales, pueden acabar o salvar la vida de una persona, puede incriminar o no a alguien por un crimen.

Realmente es un arma muy eficiente hoy en día para los expertos criminales.

Sin embargo, hace algún tiempo no había suficiente tecnología para identificar a una persona, o distinguirlo de todos los billones de seres humanos existentes, era una tarea difícilmente alcanzada.

La primera identificación de huellas dactilares criminales fue hecha en 1892.

La identificada fue Francis Rojas, una mujer que asesinó a sus dos hijos y se cortó la garganta en un intento de poner la culpa en otro. Su impresión sangrienta fue dejada en un puesto de puerta, probando su identidad como la asesina.

Hoy en día en Estados Unidos, el FBI tiene un banco digital con más de 46 millones de huellas digitales de personas que cometieron crímenes, una gran ayuda para la identificación de cualquier persona, principalmente, para la policía, en la cuestión de criminales.