La polaina es una prenda de abrigo que protege la pierna desde el tobillo hasta la rodilla - polaina larga o desde el tobillo hasta el empeine del pie -polaina corta. Se colocan en el exterior de la bota y del pantalón, tienen forma tubular y se enganchan al pie con una cinta, cuerda o correa. Según para qué se utilicen existen diferentes tipos de cierres: cremalleras, botones. En la actualidad se ajustan por elasticidad. Las polainas antiguas tenían una prolongación que cubría parte del talón del zapato y del empeine. Se ajustaban por debajo de la rodilla con un cordón de lana. Históricamente, las polainas fueron una prenda de labradores y pastores. Las polainas de cuero formaron parte de diferentes uniformes militares como complemento de la bota y se ajustaban mediante botones, enganches o trenzados. En los países mediterráneos de la antigüedad, los hombres llevaban faldas ceñidas al cuerpo y como el clima era cálido no necesitaban protección adicional para las piernas. Cuando Roma empezó a expandirse hacia el norte, hacia la Europa septentrional, cuyo clima es mucho más frío, las tribus germánicas vestían pantalones holgados que les llegaban desde la cintura hasta la pantorrilla. Para procurarse más calor, la tela solía reforzarse cubriéndose con cuerda delgada desde la pantorrilla hasta la rodilla para evitar el paso del aire o haciéndolas más ajustadas las llamadas “feminae” por las tropas romanas. Cuando Julio César conquistó la Galia, en el siglo 1 a.C., las piernas de los soldados se resguardaban del frío y de las espinas y zarzas de los bosques por las hosa, unas protecciones de tela o cuero que se llevaban debajo de la corta túnica militar. La palabra hosa se convertiría en hose en inglés, que durante siglos ha significado unas polainas protectoras que llegaban hasta las pantorrillas. En España hay referencias de polainas en el Siglo XIX, en el Museo del Bandolero en Ronda donde se puede visitar la sala “Armas y testimonios escritos”, donde encontramos una amplia colección de armamento y complementos propios de los bandoleros como pistolas, navajas o polainas. Era común ver a los campesinos, labradores y pastores tejiendo sus propias polainas con agujas de madera y madejas de hilo. Para elaborarlas usaban un punto sencillo, variando solamente el adorno de la unión. El color crudo de lana era el más utilizado, pero también se usaba el matizado mezcla de lana blanca y negra, el negro, el azul oscuro y el gris azulado de pura lana tintada. Las polainas de montaña son unas fundas de material impermeable que se colocan en las piernas por encima de las botas. Su función es la de evitar que entre en la bota nieve, agua o pequeñas piedras. Muchos soldadores también llevan polainas de cuero para la protección, así como otros oficios, en que pueden peligrar las piernas, por ejemplo los operadores de motosierras. Las polainas se utilizan también para condiciones climáticas extremas y por lo general están hechas de materiales como el Gore tex.