Conocer tu tipo de pisada es más importante de lo que crees, y si quieres un diagnóstico específico, puedes acudir a cualquier tienda especializada donde podrán hacerte un test que identificará con mayor precisión si eres pronador, supinador o de pisada neutro. Pronador: Este tipo de pisada se identifica cuando "se pisa hacia adentro", ya que es normal que se apoye primero el talón y después el pie gire hacia la parte interna del pie. Debes saber que es un giro completamente natural del tobillo hacia adentro. Supinador: A diferencia de los pronadores, se ejerce el mismo movimiento, pero el peso se instala en la parte exterior del pie. Normalmente se da este tipo de pisada en corredores con el arco muy alto. Neutro: Es un tipo de pisada donde los tobillos y pies no tienden a apoyarse en ningún extremo, sino que se alinean para definir el apoyo sobre el suelo. Una forma sencilla de saber qué tipo de pisada eres, es con el simple hecho de observar tus botas y definir el desgaste que tienen, ya que los pronadores desgastan tanto la parte exterior del talón y el interior de la parte delantera, mientras que los supinadores desgastan toda la parte exterior. De la misma manera, puedes darte una idea de tu tipo de pisada si pisas mojándote antes la planta del pie, en una tira larga de papel, para ver de qué forma haces más presión con tus pies. E incluso, puedes hacer el "truco de las 3 sentadillas", que en realidad las harás con los pies pegados. Debes pararte, con los pies pegados y bajar como si hicieras una sentadilla pero con las manos en la cintura. Y al hacer estos ejercicios, si en la tercera repetición tus rodillas rozan o chocan, es que ejerces mayor presión en la parte interior de tus pies pronador, y si se abren, probablemente seas supinador. Lo recomendable es que asistas con un especialista que pueda ayudarte a conocer más sobre tu tipo de pisada, y de esta forma puedas elegir los tenis que mejor se adapten a tus características, ya que, aunque no lo creas, cada marca tiene diferentes modelos que se ajustan a tu peso, kilometraje, tipo de actividad y sobre todo, tipo de pisada. El mejor, en lo que se refiere a absorción de impacto, es la tierra o el pasto. Las calles y aceras son terrenos duros y por lo tanto no absorben tan bien el impacto. Aquí la importancia del calzado es fundamental. Tus botas ideales tienen que ser capaces de amortiguar bien los impactos, proporcionarte estabilidad y además adaptarse a tu forma de correr y al terreno. Sucede muchas veces que en el transcurso del uso de un par de botas, comienzan a aparecer molestias y a veces lesiones, por una mala elección de las mismas. Cuando hablamos de botas militares se requiere algo más que el número de calzado, puesto que aunque originariamente las botas se fabricaban para militares, ahora las puede llevar cualquier persona que no sea militar puesto que se venden a todas aquellas personas que quieran comprarlas.