El cuchillo de combate debe poseer elementos que permitan al militar o al policía defenderse cuando todo falla. La cuchilla debe tener suficiente tamaño para causar daños a los órganos internos del oponente.
Algunas tienen la lámina oscurecida para evitar que el reflejo pueda descubrir el lugar donde el usuario guarda el cuchillo.
Para situaciones específicas de combate, sería muy interesante que el filo fuese doble, es decir, a ambos lados de la lámina, tal cual un puñal.
Como el corte de cuerdas y alambres, por ejemplo, el doble hilo sería peligroso para el manejo.
En este caso, el hilo único es el que encontramos con mayor frecuencia, transformando los cuchillos en herramientas para uso mixto.
Ten en cuenta que algunos apéndices de los cuchillos, como las sierras generalmente presentes en el dorso, causan menos daño que el doble filo.
La guardia de un cuchillo de combate debe ser de tamaño suficiente para proteger las manos del agente.
En caso de que el cable esté contaminado con fluidos corporales u otros elementos que dejen el cable resbaladizo, evitando que las manos se deslizan directamente al hilo de la hoja.
Es muy interesante que el pomo, la parte posterior del cable del cuchillo, sea de metal.
De esta forma el portador del cuchillo podrá utilizarlo para golpear en caso de no querer eliminar al oponente.
Como por ejemplo, para romper el cristal de un coche, facilitando el rescate de una víctima de accidente de tránsito.
Los militares pueden tener destinos diferentes para cuchillos de combate, con láminas generalmente más grandes, transformando sus cuchillos en láminas de supervivencia.
El uso militar incluye las famosas luchas en trincheras.
Para uso policial urbano, es interesante que los cuchillos tengan láminas menores, pero suficientes para causar daño al oponente.
Si un policía necesita utilizar un cuchillo táctico en situación de combate, probablemente estará luchando por su vida.
Ya que todos los demás elementos de acción, como las pistolas, por ejemplo, pueden haber fallado.