¡Imagínate pasear solo en un bosque y, de repente, percibir que hay antiguos armamentos y equipos de guerra "brotando" entre la vegetación!
Pues, según Ovidiu Popa, del sitio War History Online, es con esto que los visitantes se enfrentan al caminar por en un área densamente vegetada de Rusia llamada Nevsky Pyatachok.
Según Ovidiu, en ese bosque es posible encontrar incontables piezas de artillería,
armas, bombas,
granadas,
cascos y muchos otros objetos de la Segunda Guerra Mundial "enroscados" en medio de la vegetación.
De acuerdo con War History Online, nadie sabía de la existencia de esos ítems, que tienen valor histórico inestimable, hasta que fueron descubiertos accidentalmente por un grupo de personas que se estaban aventurando por el bosque.
Durante la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1941 y 1944, la región de Nevsky Pyatachok sirvió de punto de apoyo para tropas nazis durante innumerables ataques lanzados contra Leningrado.
Sin embargo, el bosque también sirvió de campo de batalla entre soldados alemanes y soviéticos y, al final, los militares de ambos lados acabaron dejando atrás un gran número de suministros.
Según Ovidiu, se estima que 260 mil soldados soviéticos murieron mientras luchaban para recuperar su territorio, y que 160.000 alemanes perdieron la vida tratando de mantener la ocupación.
Lo más increíble es que, a pesar de que el conflicto ha dejado marcas profundas en el pueblo ruso y en su tierra, la naturaleza ha encontrado una forma de seguir adelante, incorporar lo que fue abandonado por los soldados hace tantas décadas y convertirse en una especie de museo vivo.
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Sin embargo, el bosque también sirvió de campo de batalla entre soldados alemanes y soviéticos y, al final, los militares de ambos lados acabaron dejando atrás un gran número de suministros.
Según Ovidiu, se estima que 260 mil soldados soviéticos murieron mientras luchaban para recuperar su territorio, y que 160.000 alemanes perdieron la vida tratando de mantener la ocupación.
Lo más increíble es que, a pesar de que el conflicto ha dejado marcas profundas en el pueblo ruso y en su tierra, la naturaleza ha encontrado una forma de seguir adelante, incorporar lo que fue abandonado por los soldados hace tantas décadas y convertirse en una especie de museo vivo.
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