Las armas de asedio permitía ahorrar tiempo y aumentar las posibilidades de éxito en la conquista de la ciudad. Estaba diseñada principalmente para ir sorteando los obstáculos que una fortaleza podía suponer para el ejército atacante.
De entre la distinta gama de armas de asedio, la primera en aparecer en Europa fue el ariete, seguida de la catapulta, ya en la antigua Grecia.
Los diseños medievales incluyen la catapulta, la balista, el trabuquete y el ariete.
Estas máquinas utilizaban energía mecánica para lanzar grandes proyectiles para destruir las murallas.
Una confrontación militar típica en el medievo era cuando un ejército sitiaba el castillo del oponente. Si este estaba bien defendido, las opciones se limitaban a establecer un asedio a distancia con la finalidad de rendir la fortaleza por hambre, o a utilizar máquinas de asedio para destruir las defensas fortificadas.
Había otras tácticas, como prender fuegos alrededor de las murallas para intentar descomponer el cemento que sujetaba a las piedras unas con otras.
También en ocasiones se minaban los cimientos con túneles excavados bajo las murallas.
Otras formas más imaginativas implicaban, por ejemplo, catapultar animales muertos por enfermedad o incluso cadáveres humanos dentro de la ciudad, con la finalidad de extender enfermedades que hiciesen más probable la rendición de la misma.
Con la aparición de la pólvora, aparecieron también las armas de fuego como el arcabuz o el cañón. Más adelante se desarrollaron el mortero y la artillería.
Estas armas demostraron ser tan efectivas que las fortificaciones tipo que se habían construido hasta la época, tuvieron que rediseñarse, y a partir de entonces comenzaron a construirse más bajas y gruesas.
El arma de asedio en la actualidad se consideran obsoletas debido a la efectividad de las fuerzas aéreas y bombardeos aire-tierra, así como de los misiles de crucero, que han hecho que las fortificaciones defensivas hayan quedado obsoletas.
El único tipo de defensa estática actualmente efectivo son los búnkeres a gran profundidad utilizados para el mando militar. Incluso en estos casos existen dudas sobre su utilidad, dado que cada vez ganan mayor terreno el mando descentralizado y el uso de los centros de mando móviles.