Los telescopios terrestres son prácticos y versátiles, se pueden utilizar en distintas situaciones, por ejemplo para observar la naturaleza o para aumentar la potencia de una cámara de fotos normal.
Estos
telescopios terrestres incluyen actualmente muchas prestaciones modernas pero, esencialmente, tienen la mismas propiedades que la de un catalejo antiguo: un tubo corto y liviano con un sistema de lentes que capturan la luz y amplían la imagen sin invertirla.
Los
telescopios terrestres generalmente van montados en un
trípode y su movimiento no es tan libre, pero su
capacidad de aumento puede ser bastante mayor que la de unos
binoculares que no requieran trípode, y además también se lo puede utilizar como zoom de una cámara fotográfica.
Al igual que en los
prismáticos, los dos valores centrales a tener en cuenta para evaluar un telescopio terrestre son el
diámetro y el
aumento.
El
diámetro es el tamaño del lente objetivo expresado generalmente en milímetros. Cuanto mayor sea este número, más potente es el instrumento.
El
aumento señala la ampliación de la imagen. Los telescopios terrestres, como algunos prismáticos, poseen además, oculares con zoom capaces de aumentar aún más la imagen, por lo que a veces encontraremos el valor del aumento expresado en un rango.
Campo de visión: como en el caso de los prismáticos, esta es una propiedad importante para la observación de objetos que queremos apreciar en su conjunto, sin tener que estar moviendo el telescopio para ver las partes del objeto.
El mar, las montañas, o cualquier paisaje quieto que queramos observar larga y detalladamente son una excelente oportunidad para usar un
telescopio terrestre. Además de ofrecer mayor aumento, estos telescopios permanecen fijos gracias al trípode, evitando cansancio o una imagen inestable.
Los
ornitólogos pueden encontrarse muchas veces en los sitios adecuados utilizando este tipo de telescopios. Como bien saben, las
aves no pasan la mayoría de su tiempo volando, por lo que, sabiendo del tema, no es imposible ni difícil encontrarlas descansando o cazando en su hábitat natural, a veces incluso en la ciudad.