Rapel es una actividad vertical practicada con uso de cuerdas y equipamientos adecuados para el descenso de paredones y vanos libres así como otras edificaciones. Primero regulado y así denominado en 1879, por el alpinista francés Jean Charlet Stranton, RAPEL significa "llamar / recuperar" en la lengua natal de su creador.
Hasta aquella época los audaces escaladores subían y bajaban las cumbres rocosas y nevadas de los Alpes europeos por sus propios medios, usando cuerdas de sisal y muy pocas otras herramientas para ayudarles a transponer los desafíos que iban encontrando ruta arriba.
De allí para allá muchas cosas dentro del universo de equipos y modalidades de práctica donde el Rapel es utilizado cambió. ¡Creció y evolucionó!
Los riesgos fueron paulatinamente rodeados por técnicas estandarizadas y por equipos cada vez más seguros, pero los límites también fueron expandidos, creando aún más posibilidades y naturalmente atrayendo más practicantes.
Cuando hablamos de Rapel Táctico, nos estamos refiriendo en las técnicas de descenso en cuerda en ambiente militar o policial con propósitos de entrenamiento o acción efectiva de estas tropas en ocurrencias reales.
Como de costumbre, la selección del equipo es fundamental para la práctica segura de cualquier trabajo de riesgo, aún más si la modalidad depende íntimamente de equipos de seguridad.
Normalmente, es del consenso colectivo que el rapel es una técnica básica que se desarrolla en superficies verticales sin mucho margen de variación.
Es verdad que la mayoría de las veces, el rappel se hace sobre superficies verticales, pero en ciertas situaciones el practicante deberá descender un desnivel cualquiera teniendo un perfil no favorable.
Rapel Táctico es la ejecución del descenso de cuerdas con utilización de aparatos de control de fricción con objetivos diversos - no deportivos - que van desde una inserción de unidades militares en los más variados tipos de operación, acceso de pavimentos y habitaciones por vía externa en edificaciones, la evacuación de equipos, rehenes, víctimas y criminales de detenidos de lugares de riesgo o bajo riesgo eminente, etc.
Para efectos de comprensión, un operador que ejecuta un rapel táctico debe ser capaz de hacerlo completamente equipado con las armas y equipos que usó o necesitó antes, durante o después del descenso por la cuerda.
Esto significa que debe tener la ciencia de cómo transportar todos sus elementos de indumentaria y demás equipos, teniendo condiciones de usarlos cuando así lo desee, con la seguridad necesaria para esa ejecución y con el menor nivel de ruido o denuncia previa de su posición las fuerzas de oposición, sospechosos, víctimas, suicidas y similares.
Lo importante es tener en cuenta el conjunto de habilidades y el uso correcto de los materiales técnicos, creando la conciencia de que accidentes ocurren también por motivos ajenos a su voluntad y control.