La horrible vida en las trincheras de guerra

Trincheras son las construcciones subterráneas con fines militares destinada a la defensa y ataque furtivo, de profundidad suficiente para albergar a un soldado en pie. Con el aumento gradual del poder de destrucción del aparato bélico, la trinchera pasó a ser un importante medio estratégico, especialmente a partir de la Primera Guerra Mundial.

Es precisamente durante esta guerra que el recurso de las trincheras pasa a ser una imagen típica de la guerra

La idea de cavar el suelo para dar cierta protección contra la artillería enemiga, sin embargo, no era una idea nueva o original.

El término "vida en las trincheras" pasó a ser ampliamente utilizado en la época, pues era el modo como los soldados pasaban la mayor parte de la guerra, atrincherados.

La vida en las trincheras ha llevado muchas formas, y varía mucho de sector a sector y de frente a frente.

Las trincheras fueron en realidad las líneas de frente, los lugares más peligrosos.

Por detrás de ellas había una masa de líneas de abastecimiento.

Establecimientos de formación, tiendas, talleres, enfermerías.

Además de otros equipamientos necesarios para la guerra, donde la mayoría de las tropas eran empleadas de hecho.

Las trincheras eran del dominio de la infantería, y recibían el soporte de los morteros y ametralladoras, de los ingenieros y de los observadores en las posiciones al frente.

Muchos hombres murieron en su primer día en las trincheras, como consecuencia de tiros de franco-tiradores, al exponerse.

Se estima que hasta un tercio de las víctimas aliadas en el frente occidental provienen de las trincheras.

Además del fuego enemigo, las enfermedades también eran una amenaza frecuente a esos soldados atrincherados.

Siempre que sea posible, el piso de las trincheras estaba cubierto con los caminos de madera.

La letrina estaba constituida de un profundo agujero en el suelo lo más cerca posible del lugar de combate.

Las condiciones en esos lugares eran, invariablemente de una suciedad considerable.

Con varios hombres viviendo en un espacio muy restringido, con restos de comida descartados y otros residuos cercanos a la letrina.

Además, la imposibilidad de lavarse o cambiar de ropa por días o semanas, acabó por generar condiciones graves de salud.