Conocer la historia del Camino de Santiago de Compostela es muy importante, sobre todo para aquellos que van a realizar la peregrinación a la tumba del apóstol. Conocer sus orígenes te dará mucho más sentido a tu viaje por España.

Pasando por Francia, Portugal y España, esta ruta se ha convertido en un destino cada vez más popular, llenando sus distintos recorridos.

Ya sea en busca de la experiencia espiritual, el aspecto cultural o simplemente el deseo de superar este gran desafío, este viaje atrae a cientos de miles de personas cada año y es común escuchar entre los que ya han estado, su deseo de regresar.

A pesar de no estar compuesto por tramos de considerable dificultad, la longitud del Camino de Santiago de unos 800 kilómetros por trazado principal es suficiente para exigir una buena preparación física y una excelente planificación en cuanto al equipamiento, que debe ser cómodo, ligero y práctico, sin mencionar tener cuidado de no llevar ningún equipo innecesario.

Historia del Camino de Santiago de Compostela

Si tienes intención de realizar algún día esta peregrinación, seguro que al conocer su historia, tu camino tendrá mucho más sentido.

Dos de los apóstoles de Jesús se llamaban Santiago. Uno se llamaba el apóstol Santiago, hijo de Alfeo, y el otro se llamaba Santiago, hijo de Zebedeo. Del primero no se sabe prácticamente nada sobre su historia y biografía. Sin embargo, el segundo, conocido como Santiago el Mayor, es precisamente gracias a él que existe el Camino de Santiago.

Para entender las peregrinaciones medievales a Santiago de Compostela hay que partir de la tradición que habla de la labor evangelizadora de Santiago en tierras de la Hispania romana. 

Se sabe que después de la muerte de Cristo, Santiago, hijo de Zebedeo, continuó inicialmente la labor apostólica en Jerusalén.

Posteriormente, Santiago pudo embarcarse fuera de la región hasta llegar a un puerto en Andalucía. La región tenía comunicación comercial con Palestina, de donde se recibían mármol, especias y objetos elaborados.

La misión evangelizadora de Santiago comenzaría en el sur de Hispania para luego avanzar hacia el norte, por tierras portuguesas, hasta llegar a Iria Flavia, Galicia. Frustrado al ver que su objetivo no se había cumplido, decidió regresar a Jerusalén.

Para su regreso a Jerusalén, el apóstol Santiago se dirigió al este de la península Ibérica, y luego partió nuevamente desde la costa mediterránea española. Al llegar a Palestina y tras desobedecer la prohibición romana de predicar el cristianismo en la región, fue decapitado por orden de Herodes Agripa, rey de Judea del 41 al 44 d.C.

Los discípulos de Santiago, Atanasio y Teodoro recogieron el cuerpo del apóstol y lo llevaron en secreto en una barca a los lugares de su predicación en el norte de España. 

Los dos desembarcaron en la Ría de Arousa, en Galicia, en el puerto de Iria Flavia, y colocaron la embarcación sobre una roca que da lugar a la Villa de Padrón, que hoy pertenece al Camino Portugués y fueron a pedir permiso para enterrar el cuerpo del apóstol Santiago.

La zona donde atracaron estaba bajo el control del Reino Pagano de la Reina Lupa, que vivía en el pueblo de Lupariou, muy cerca de lo que hoy conocemos como Santiago de Compostela. 

Inicialmente resistentes, una oleada de milagros atribuidos a Santiago acabó convenciendo a la reina Lupa de enterrarlo en la región.

A mediados del año 813 d.C., un ermitaño llamado Pelayo vio algo diferente en el cielo y decidió informar inmediatamente del hecho al obispo Teodomiro, de Iria Flavia.

Dijo que vio una lluvia de estrellas sobre una urna de mármol en el monte Lebredón. El obispo pensó que la historia merecía atención y decidió investigar el suceso más detenidamente. 

Luego de algunos estudios, esta urna fue identificada como la tumba de Santiago, el apóstol de Cristo. A partir de este momento comenzó a difundirse la noticia y se inició la peregrinación al lugar de la tumba.

Crecimiento del Camino de Santiago

La necesidad de servicios en torno al Camino de Santiago se ha visto incrementada debido a la afluencia de peregrinos. Poco a poco se fue creando una red de apoyo a los caminantes hacia Santiago de Compostela, con iglesias, monasterios, casas, hospicios, hospitales, pensiones, etc.

Nacieron pueblos y ciudades a lo largo del Camino y se construyeron caminos y puentes para apoyar a los peregrinos.

En 1987, el Consejo de Europa declaró los caminos que conducen a Santiago “Primer Itinerario Cultural Europeo”, gracias a su papel como motor de desarrollo a lo largo de su recorrido. Esta declaración proporcionó recursos económicos para renovar adecuadamente el camino, reestructurar las plazas y construir refugios para albergar a los peregrinos.

La recuperación del Camino de Santiago se inició en los años 80 del siglo XX. Las flechas amarillas que unifican el Camino de Santiago, y que se han convertido en su icono más universal, comenzaron a pintarse en los años 80, cuando el Camino de Santiago era prácticamente desconocido y casi no había estudios sobre esta tradición.

Un aporte decisivo fue la visita del Papa Juan Pablo II a Santiago en 1989, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. En aquella ocasión acudió a Santiago medio millón de jóvenes de todo el mundo y fue la mayor concentración de peregrinos jamás registrada hasta entonces.

Desde entonces, el flujo de peregrinos ha ido aumentando progresivamente, incluso en los meses de verano.

Consejos fundamentales para recorrer el Camino de Santiago de Compostela

Actualmente podemos hacerlo a pie, en bicicleta o a caballo. El Camino de Santiago se puede realizar tanto de forma individual como en grupo. 

Cualquiera que haga el Camino de Santiago puede recibir un certificado de llegada llamado Compostela, que es emitido por la Oficina de Peregrinos.

Sabiendo que pasarás más de 30 días caminando con una mochila a la espalda, tu prioridad definitivamente será la ligereza de tu equipo. Por lo tanto, conviene conservar la menor cantidad de ropa posible y centrarse en su calidad.

Para la parte superior se recomiendan camisetas , ya sean de manga corta o larga, o camisetas de trail, que son súper cómodas y más ventiladas que las camisetas comunes, ya que tienen aberturas de refrigeración en el lateral.

Para que no te sorprenda el frío, es muy importante que lleves también una prenda de abrigo para utilizar en el sistema de ropa por capas. Los polares son los más versátiles en este caso, sobre todo aquellos que tienen cremallera completa y son más fáciles de poner y quitar.

La última capa será un abrigo impermeable, que se diferencia de un cortavientos por tener todas las costuras selladas, lo que lo hace completamente impermeable. 

Así evitará que la lluvia te empape o que los fuertes vientos reduzcan tu sensación térmica, todo ello fabricado con un material que además será transpirable y no permitirá que el calor de tu cuerpo se condense y se moje internamente.

En cuanto a la parte inferior, los pantalones de trail son súper cómodos y vienen en versión pantalón bermuda, muy versátiles para esos días de caminata que comienzan en las frías mañanas del Camino de Santiago pero, a medida que avanza el día, la temperatura sube.

Aunque existen varios complementos muy útiles para hacer el Camino de Santiago, recuerda valorar siempre lo mínimo y lo más imprescindible.

Un sombrero con un buen ala evitará que te calientes la cabeza y, dependiendo del material, ocupará muy poco espacio en tu mochila. Para aquellos que son más reacios a esta elegante pieza, también hay gorras con protección para el cuello.

Un par de guantes también es muy importante, incluso para quienes van con el tiempo más caluroso, ya que la exposición al sol durante el Camino de Santiago durante todo el día puede ser muy perjudicial para la piel y es habitual que no le prestemos esta atención en nuestras manos.

Un poncho impermeable será la clave para una protección completa contra la lluvia.

Una lluvia muy fuerte o constante puede mojar tu equipo a través del espacio entre tu espalda y el costado de la mochila, así que quedará desprotegido.

Unas polainas impermeables es otro elemento para evitar que la lluvia arruine tu experiencia, porque tener que caminar kilómetros con el cuerpo mojado puede ser decisivo para arruinar tu viaje.

Otro elemento obligatorio es el bastón de senderismo, capaz de reducir el peso sobre hombros y espalda por llevar mochila y el impacto en rodillas resultante de una larga caminata.

Las bolsas estancas te permiten aumentar la protección de tu equipo contra la lluvia y la humedad. Se fabrican en diferentes colores, materiales y tamaños, permitiendo proteger objetos pequeños, así como la ropa y especialmente el saco de dormir, que no puede mojarse bajo ningún concepto.

Una buena linterna es importante para encontrar tu equipo por la noche o para paseos nocturnos mientras exploras el Camino de Santiago.

Siempre recomendamos las linternas frontales ya que permiten tener las manos libres, sin imposibilitar ningún tipo de actividad.

Hay varios elementos que se consideran imprescindibles para este viaje, pero tus zapatos, junto con tu mochila merecen una atención especial, al fin y al cabo, quién te llevará a través de todos los obstáculos físicos y cuál puede convertirse en un gran apoyo mental son tus pies.

Siguiendo el mismo razonamiento que el resto de equipamiento, en el Camino de Santiago se debe dar prioridad a las prendas más ligeras, pero esto no quiere decir que debas centrarte en las zapatillas en lugar de las botas.

A pesar de ser un tema controvertido, la mejor opción para todos siempre serán las botas, porque el riesgo de torcerse en terrenos irregulares aumenta mucho durante las caminatas largas, especialmente al final del día, cuando las piernas están cansadas y la pisada es más dura y temeraria.

El uso de botas, por su caña más alta, ayuda a evitar torceduras, además de aumentar la protección contra el agua al ser impermeables.

¿Por qué hacer el Camino de Santiago?

Al recorrer el Camino de Santiago, pasarás varios días recorriendo preciosos senderos y caminos. Incluso si decides ir en bicicleta o a caballo, por ejemplo, la naturaleza te regalará, en cada parada, vistas impresionantes. 

Por lo tanto, seguir la ruta de peregrinación te acercará mucho más a la naturaleza, de una manera que ni siquiera podrías imaginar. 

Hacer el Camino de Santiago te ayudará a conocer tus propios límites y a comprender que todo lo puedes, siempre y cuando te lo propongas.

Puede parecer bastante aterrador caminar 800 kilómetros en un lugar que no conoces, ¿verdad? Pero es precisamente en el momento en que tomas esta decisión cuando ya estás superando un miedo. 

Y eso no es todo: la experiencia de recorrer el Camino de Santiago permanecerá contigo para el resto de tu vida, demostrando que eres capaz de afrontar cualquier reto, ¡aunque tengas miedo!

Aunque el camino es más popular entre los creyentes católicos, nada te impide seguirlo, incluso si no eres una persona religiosa. Esto se debe a que el Camino de Santiago, con todos sus elementos y retos, te hará conectar con tu espiritualidad. 

Así que, si estás abierto a esta experiencia, puedes estar seguro de que será una oportunidad única.

Además de todos los motivos que ya hemos comentado, hacer el Camino de Santiago también te aportará una buena dosis de autoconocimiento.

Después de todo, caminarás solo durante varios días, sin nada más que tus propios pensamientos y la naturaleza a tu alrededor. Por tanto, es una gran oportunidad para aclarar la cabeza y conectar contigo mismo.