El arte de desaparecer en el paisaje. Este es el objetivo principal de los camuflajes militares. Desde un lugar oscuro hasta la espesura de un denso bosque, el camuflaje ayuda a los combatientes a volverse invisibles, literalmente. 

La técnica de tapar o disfrazar un objeto con mantas hechas de piel de animal y el uso de arbustos se utiliza desde tiempos prehistóricos, pero el uso del camuflaje en los campos de batalla es un fenómeno relativamente reciente.

El camuflaje además, es una técnica utilizada en diversos ámbitos, como el maquillaje, los deportes al aire libre y el militarismo, que consiste en mimetizarse con el entorno para pasar desapercibido.

Naturaleza y arte a favor del camuflaje

Hasta el siglo XIX, era común que los soldados vistieran los colores que representaban al país, como el rojo y el azul. Estos colores llamativos también se utilizaron con el argumento de que ejercían presión moral sobre el enemigo y eran útiles para identificar a los soldados aliados durante las peleas.

Resulta que, con el desarrollo de las armas de fuego, especialmente después de la aparición de los rifles de largo alcance, ya no era necesario acercarse al enemigo y los uniformes coloridos hacían más fácil identificar el objetivo.

Durante esta época, la idea del camuflaje era utilizar colores verde oscuro. Los soldados ingleses, los primeros en utilizar este tipo de camuflaje, fueron llamados Green Jackets. 

Otro color utilizado en el camuflaje fue el gris, que permitía camuflarse bien entre el humo del campo de batalla y reducía la silueta del soldado, confundiendo a los francotiradores.

Poco a poco, la industria armamentística empezó a crear otras técnicas de camuflaje adecuadas a diferentes situaciones.

El uso del caqui para la ropa militar, por ejemplo, se desarrolló en la India, siendo su inventor el teniente Lumsden. Las unidades británicas usaban uniformes blancos teñidos del color del polvo. 

La primera unidad militar camuflada se creó en Francia en 1915, con la ayuda de artistas cubistas que crearon la técnica que se conoció como camuflaje dazzle.

La idea no era hacer invisibles los equipos, tanques, barcos y uniformes, sino confundir al enemigo. 

Funcionó hasta el final de la Primera Guerra Mundial.

Camuflaje contemporáneo

En la Segunda Guerra Mundial, con aviones de combate y un campo de combate mayor que en el conflicto anterior, fue necesario evolucionar las técnicas de camuflaje. 

Fue entonces cuando surgió el patrón de camuflaje Woodland con manchas en tonos verdes y marrones, que quizás reconozcas en las películas de guerra. 

Fueron utilizados por ejércitos de todo el mundo hasta finales del siglo XX y eran eficientes, ya que era muy difícil identificar a los soldados en el paisaje.

Desde entonces, la tecnología ha trabajado para encontrar nuevos tipos de camuflaje. En la década de 1970, el ejército estadounidense adoptó un patrón conocido como doble textura, que es una de las técnicas de camuflaje que dio origen al camuflaje digital que se utiliza en la actualidad.

Creado para reemplazar el patrón Woodland, el patrón de camuflaje MultiCam se utiliza hoy en día en unidades de prueba del Ejército de los EE. UU., la Fuerza Aérea de Rescate Estadounidense y la Fuerza de Área de Combate.

Hoy en día, las técnicas de camuflaje no se limitan al mundo militar y sus ventajas son reconocidas y ampliamente utilizadas por las empresas de seguridad, los usuarios domésticos que participan en actividades como Airsoft y Paintball, ¡pero también en el mundo de la moda!

El camuflaje va más allá del uso militar

Absolutamente, el camuflaje ha trascendido su origen militar y se ha integrado en diversos aspectos de la vida cotidiana y la sociedad en general. 

En el mundo de la moda, el camuflaje se ha convertido en un patrón popular en la confección de prendas de vestir. Las prendas con estampados de camuflaje no sólo son apreciadas por su estética militar, sino que también se han convertido en una expresión de estilo urbano y contemporáneo.

En entornos urbanos, el diseño arquitectónico a menudo incorpora elementos que buscan integrarse visualmente con el paisaje circundante.

Edificios y estructuras pueden adoptar colores y formas que les permiten fusionarse con el entorno urbano.

En el diseño de productos electrónicos, el camuflaje puede ser tanto estético como funcional. Los dispositivos tecnológicos a menudo adoptan colores y texturas que los hacen menos llamativos o disruptivos en entornos específicos, como el hogar o la oficina.

En definitiva, el camuflaje ha evolucionado más allá de su función inicial en el ámbito militar para convertirse en una metáfora de adaptación y ocultamiento en diversos aspectos de la vida moderna.