El descubrimiento de la escritura reveló tener una importancia enorme en el avance de la civilización humana. Pero la escritura estuvo siempre dependiente de una cosa: un instrumento para realizarla. Los sumerios, alrededor del año 3500 a. C., usaban la escritura cuneiforme a través de objetos de madera o de hueso en forma de cuña.
Los egipcios, creadores de las hojas de papiro en el año 2500 a. C., usaban huesos mojados en tinta vegetal.
Durante la mayor parte de la Edad Media el instrumento más usado para escribir era hecho de simples plumas de aves talladas.
Como es natural, algo tan orgánico se deterioraba rápidamente, por lo que se hizo necesario descubrir alternativas más duraderas.
Pero hasta el siglo XVIII no fue posible masificar su uso debido a su peso y a la dificultad de fabricación en cantidades suficientes.
Fue sólo con la invención del acero, cerca del siglo XIX, que se logró crear algo para la generalidad de la población: los aparatos metálicos.
Sin embargo, su punta sufría un desgaste relativamente rápido y el hecho de tener que usar un cartucho no era práctico para la movilidad de los hombres de negocios.
Fue así que, aún durante el siglo XIX, se intentó desarrollar un instrumento de escritura que guardara la tinta en su interior.
Fue Lewis Edson Waterman que consiguió patentar esta invención en el año 1884.
Había nacido la primera pluma, la que todavía hoy llamamos pluma-tintero, o pluma de tinta permanente.
Curiosamente, Lewis Waterman fundó su propia compañía y comenzó a vender sus plumas en una tienda de puros y daba cinco años de garantía a cada una.
László József Bíró era un periodista húngaro y fue el inventor del bolígrafo, utilizando un concepto patentado por John J. Loud en 1888, pero nunca utilizado comercialmente.
En Europa los primeros bolígrafos fueron lanzados en el mercado en 1949, con la designación de "bolígrafos Bic", que era una abreviatura del apellido de Marcel Bich.
Debido a un precio asequible, su aceptación entre los consumidores europeos fue buena, haciéndola en un éxito casi inmediato.