Entre los numerosos hallazgos que
Howard Carter realizó en 1922 en el interior de la tumba de Tutankamón hay uno que, curiosamente, ha llamado demasiado la atención de los investigadores.
Se trata, nada más y nada menos, del primer prototipo conocido de cama plegable, que se conserva en el Instituto Griffith de la Universidad de Oxford

Hasta la fecha, nadie había realizado un estudio específico y minucioso de este artilugio, y la investigadora japonesa
Naoko Nishimoto, especialista en muebles antiguos de la Universidad de Tokio, ha tomado la iniciativa.
Y su veredicto, tras realizar un minucioso análisis de este mueble, es que se trata de una pequeña maravilla de la técnica.
La cama plegable de Tutankamón una creatividad egipcia
La
cama plegable está fabricada con láminas de papiro, mide 1,80 metros, y se sostiene sobre ocho apoyos de madera con forma de patas de león, dos de los cuales podían replegarse cuando se recogía la cama.
El mecanismo que permite plegar la cama es, según el investigador japonés, realmente ingenioso y demuestra el nivel de creatividad que habían alcanzado los artesanos egipcios.
Todo indica que esta cama era usada por el faraón cuando tenía que pernoctar fuera de su palacio.
Y lo que más extraña a la investigadora es que se trata de un mueble único en su época, ya que no existe constancia de que ningún otro faraón usara una cama similar.
Una maqueta de una cama plegable de dos hojas hallada en Gebelein (Egipto) y datada en la dinastía XVIII es la clara evidencia de que este tipo de camas ya habían sido diseñadas antes de que existiera la tumbona plegable de Tutankamón.
Sin embargo, la cama de tres hojas de Tutankamón era verdaderamente innovadora con toda probabilidad la primera de su clase diseñada jamás ya que los investigadores concluyeron además que era más cómoda y estable.
Los investigadores proponen que el altamente desarrollado diseño de la cama no solo pone de manifiesto la magnífica artesanía del antiguo Egipto, sino que además proporciona información sobre los más profundos deseos de Tutankamón, quien debido a su pie zambo necesitaba ayuda para caminar,un estudio anterior sugería que el faraón padecía malaria y tenía un pie zambo, lo que le obligaba a utilizar
bastón.
A pesar de que el frágil joven faraón jamás podría haber participado en expediciones de larga distancia o agotadoras, sin duda le encantaba la idea de
cazar y
acampar, apuntaba
Nishimoto en Live Science, apostillando finalmente que, su tumbona es inherentemente poética.