La linterna también tiene un papel importante en el equipamiento de un policía

Cuando pensamos en equipos policiales, lo primero que viene a nuestra mente son los chalecos a prueba de balas, los guantes tácticos, los vehículos o los diversos tipos de armamentos utilizados por las fuerzas de combate, pero no debemos olvidarnos de la linterna

Sin embargo, para ayudar a los agentes de seguridad, otros recursos son fundamentales, entre ellos, podemos destacar el uso de linternas.

Así como las gafas de protección, cumplen un papel indispensable en combates. En el texto de hoy, hablaremos un poco más sobre ese equipo y cómo debe ser utilizado.

Cualquier tipo de actividad en lugares con poca luz debe realizarse con la ayuda de una fuente de luz. En algunos casos, una fuente móvil puede ser el diferencial en una acción de búsqueda y aprehensión.

Durante una inspección en un coche, por ejemplo, la linterna ayuda al policía a identificar todos los puntos de bajo alcance del vehículo, como guantera, maletero e interior del motor.

Sin el auxilio de la herramienta, el agente puede tener dificultades para encontrar objetos ilícitos.

Una buena linterna ayudará a los agentes de seguridad a identificar correctamente dónde están localizados sus objetivos sin que sean identificados fácilmente por sus oponentes.

La linterna debe tener una buena capacidad de iluminación

Además, debe tener buena capacidad de iluminación, bajo consumo de energía y no molestar en el manejo del arma.

Las lámparas de LED y de alto brillo son más indicadas para la mayoría de las situaciones. Hay algunas personas que optan por las de colores oscuros, por dificultar la identificación de quien utiliza el artefacto en algunas situaciones.

También podemos destacar la importancia del uso de baterías recargables, que evitan que el policía tenga problemas con reposición de pilas, y el de conjuntos ópticos que generen un flujo luminoso capaz de cegar un enemigo momentáneamente.

El buen uso del equipo es hecho, preferentemente, con él siendo sostenido directamente en la mano, siendo su uso acoplado directamente al armamento recomendado apenas como segunda opción o reserva.

Una linterna debe ser útil para su operador, no para el enemigo. Se debe encender sólo en momentos y lugares esenciales para el éxito de la operación, disminuyendo la posibilidad de que un enemigo identifique fácilmente el lugar de donde el haz de luz partió.

De partida nunca jamás iluminar con la linterna al cielo. Es como hacer un faro para el enemigo. A menos que sea de suma importancia, por ejemplo, hacer entrar a un herido real o en caso que la ubicación de la base sea de conocimiento de ambos bandos.