Stopping power, o poder de parada, o poder de frenado, representa el poder que un calibre de arma de fuego posee para poner fuera de combate a un oponente alcanzado. Con un solo disparo con determinado calibre, y preferentemente sin necesidad de matarlo.
El término fue una creencia popular y apoyado por expertos balísticos hasta finales del siglo XX.
No se tomaba en cuenta el stopping power cuando la fabricación de un calibre se usaba pólvora negra, hasta el final del siglo XIX.
Pues hasta aquel período lo más importante era la confiabilidad del arma de fuego.
Sólo con el surgimiento de la pólvora sin humo, y consecuente surgimiento de armas más potentes y compactas.
Se perfeccionó en el estudio de características hasta entonces desconocidas.
Hoy se utiliza la estadística de los "combates", pero antiguamente se usaban cadáveres humanos para observación de los efectos como movilidad y fractura ósea, en bovinos se observaba el poder de incapacitación.
Los resultados no presentaron un informe concluyente, incluso porque en la época no se hacía uso de datos estadísticos.
Sólo referenció lo que parecía obvio para el período, calibres más pesados eran superiores.
Hoy sabemos que no es así. Sin embargo, si llegó a una buena conclusión a otro respecto, el tiempo de acción que el calibre efectuaba su dinámica en el oponente era decisivo.
Participó un equipo multidisciplinario: médicos, fisiologistas, neurólogos, veterinarios, patólogos y especialistas en balística. Muchos calibres fueron analizados.
Para una mejor obtención del poder de parada, se estableció como estándar la penetración de 10 a 12 pulgadas en cuerpo humano.
Es decir, el proyectil no debe transfigurar el blanco, sino transmitir toda su energía cinética hacia el cuerpo humano.
A mayor calibre mejor transmisión de la energía. Por este motivo las balas de pistola para defensa en general son de calibre mayor que las de fusil.
Pues compensan así su menor potencia aprovechado mejor la energía al momento del impacto.
Hoy se sabe que esto no es del todo cierto, ya que la incapacitación que produce el impacto de un proyectil se debe a los daños que produce.
Ya sea por el tamaño de la herida en calibres grandes - armas cortas o armas largas y que esto puede incrementarse utilizando municiones especiales como balas huecas o explosivas.
Sin importar su masa y velocidad, y sin importar la energía que transmite al cuerpo.