El General Cartaginés, Aníbal Barca, es considerado un estratega bastante inteligente de la historia mundial. Aníbal nació en Cartago, y era hijo del fundador del Imperio Púnico en España, Amílcar Barca. El general tuvo una participación importante y decisiva en la segunda guerra púnica contra los romanos.
Aníbal comenzó a conocer el mundo de las guerras a los nueve años de edad, cuando fue llevado a España.
Aníbal desarrolló un odio eterno contra los romanos.
Después que asumió el mando del ejército de Cartago, él pasó a dedicarse a la conquista de la Península Ibérica.
Durante la segunda guerra púnica, España organizó cerca de cuarenta mil hombres para atacar a Roma.
Después de varias victorias avasalladoras, Aníbal se hizo conocido por vencer una batalla naval lanzando serpientes venenosas contra sus enemigos.
El general usó su creatividad para crear un método de combate inusitado.
El cartaginés Aníbal derrotó a los romanos con diversas serpientes lanzadas en los barcos enemigos dentro de potes de barro.
Según el periodista Thomas Craughwell, autor del libro "Los científicos de guerra: los cerebros detrás de las tecnologías militares de destrucción y defensa", esta es una de las historias más interesantes sobre la ciencia de guerra.
Para él, Aníbal fue uno de los mayores estrategas militares de todos los tiempos.
Las serpientes venenosas fueron usadas como arma biológica a mediados del siglo III a.C,
De esta forma, el general Aníbal fue el inventor de la primera arma biológica del mundo al arrojar animales peligrosos durante una batalla naval contra una flota romana.
Durante el conflicto, las catapultas de Aníbal lanzaron los potes con serpientes venenosas en la cubierta de los buques romanos.
Cuando los potes alcanzaban el barco, rompían y soltaban las serpientes, que entonces atacaban a los enemigos.