El elemento químico de aluminio se presenta en condiciones ambientales como un metal sólido, de baja densidad, suave y extremadamente resistente. Cuando es impuro tiene un aspecto gris plateado y mate, lo que se debe a una fina capa de óxidos que rápidamente se forma en su superficie cuando es expuesto al aire.

Su densidad es aproximadamente un tercio del acero.

Es un metal extremadamente maleable sólo pierde para el oro en la capacidad de formar láminas y dúctil, presentando también una gran resistencia a la corrosión, debido una vez más a su capa protectora de óxido.

La historia del aluminio es muy amplia.

Teniendo raíces en la Roma antigua, cuando se empleaba la piedra como mordiente en tintorerías, que se trataba de una sal doble de aluminio y potasio.

El aislamiento  del aluminio se atribuye a Friedrich Wöhler, que habría ocurrido en 1827.

El nombre de aluminio fue atribuido a Humphrey Davy en 1827.

El aluminio es un metal encontrado en abundancia en la corteza terrestre, aproximadamente el 8%, pero rara vez se encuentra en su forma libre.

Sus actuales aplicaciones industriales son recientes, siendo producido a escala industrial y difundido en todo el mundo solamente a partir del final del siglo XIX.

Con el avance de los procesos industriales de obtención, los precios bajaron.

Hasta que en 1889 hubo una caída aún más pronunciada, lo que se dio debido al descubrimiento anterior de un método relativamente simple de extracción del metal.

Hoy, uno de los factores que promueven su utilización y estabilidad de su valor económico es su reciclaje.

Podemos encontrar aluminio hoy en día en miles de productos como navajas, bolígrafos, flechas, botellas, sillas etc.

Es un sin fin el uso del aluminio, este está presente en nuestras vidas y está en todos los países por su valor económico y ambiental a través del reciclaje.