Los perros de Guerra jugaron un papel importantísimo en muchas conquistas
Desde tiempos antiguos hasta la aparición de las primeras armas de fuego, hacia fines de la Edad Media, los ejércitos usaron diferentes tipos de armas blancas en el campo de batalla, como espadas, lanzas, jabalinas, picas, martillos, hachas, etc. Pero hubo un arma letal también empleada por diferentes fuerzas de combate y que muy poco ha sido mencionada en los libros de historia: el perro de guerra, entrenado y utilizado exclusivamente para matar. En la antigüedad, los primeros en emplear canes entrenados para tal fin fueron los romanos. El primer perro de guerra utilizado por las legiones romanas en los campos de batallas de Europa fue el Canis Pugnax. Este moloso se caracterizaba por su extrema fiereza y causaba terror en las descuidadas tropas de infantería, siendo llevado al campo de batalla en jaurías de varias decenas por unidades especiales de la legión romana. Podía llegar a pesar entre 60 y 80 kg y saltar para desgarrar y destrozar el cuello del enemigo. Sus descendientes, cruzados con mastines de otras razas fieras, se hallan esparcidos hoy en día en Europa, como el Corso francés e italiano y el Presa Canario Español. En la Edad Media, los ejércitos castellanos también hicieron uso de feroces perros de guerra para enfrentar a los invasores musulmanes. No solamente emplearon los sanguinarios Canis Pugnax llevado por los romanos a la península ibérica cuando ésta era parte del imperio, sino que también se utilizó un típico perro bien ibérico: el Alano Español, traído originalmente por las tribus de los Alanos en el siglo V, cuando caía el Imperio Romano de Occidente. Estos perros y la cruza de éstos también fueron empleados por los conquistadores españoles en América. Los ingleses emplearon en Francia, durante la Guerra de los Cien Años, el ancestro del bulldog inglés: el Dorset Olde Tyme Bulldogge (Bulldog de Dorset de los viejos tiempos) y una raza molosa-mastín llevada a las islas británicas por Guillermo el Conquistador en el siglo XI. Estos perros también fueron empleados en las guerras civiles de Inglaterra, como la Guerra de las Dos Rosas y la Revolución Inglesa que destronó a Carlos I en el siglo XVII. Solo se echaba a los perros una vez que el enemigo iba perdiendo y sus filas comenzaban a abrirse, ofreciendo huecos para estos feroces animales. También, se empleaban para perseguir al enemigo en retirada.