Antes del siglo XX, todos los hombres se afeitaban con este tipo de navajas; hoy en día se siguen usando por hombres que así lo prefieren, así como en barberías tradicionales.  Remplazadas por la maquinilla de afeitar y las afeitadoras eléctricas, las navajas barberas aún desempeñan un papel importante en el mercado del afeitado. Una navaja de afeitar es una navaja de filo agudísimo, hecha de acero muy templado, que sirve para afeitar la barba. Se le llama también navaja barbera o simplemente barbera. La primera navaja de afeitar moderna, con mango decorado y filo cóncavo la fabricó Benjamin Huntsman en 1740, en Sheffield, Inglaterra. Tiempo después, los franceses adoptaron el proceso de Huntsman. Los fabricantes ingleses fueron más reacios a adoptar este proceso y sólo lo hicieron al ver su éxito en Francia. El filo cóncavo es lo que caracteriza a las navajas barberas para producir su filo finísimo; la delgadez de la hoja. Los usuarios actuales de las navajas para afeitar las prefieren por muchas razones. Algunos se sienten atraídos a la nostalgia que produce el afeitarse de forma clásica o tradicional, otros incluso aseguran que las navajas de afeitar ofrecen un mejor afeitado que cualquier otro método para afeitarse. Las navajas proporcionan un mayor control de la hoja incluyendo el ángulo y afeitan un área más grande debido a su longitud. Siguen siendo unas navajas clásicas que cumplen muy bien su función, con un buen manejo se consigue un afeitado muy apurado. Estas navajas barberas cuentan con un acero de altísima calidad con lo que se consigue un filo muy afilado y suave capaz de cortar el pelo más duro y no dañar la piel. Las barberías hoy en día están cada vez más ocupando espacio en las grandes ciudades intentando rescatar la nostalgia de las peluquerías clásicas. La decoración ofrece un ambiente donde la gente se siente a gusto y puede cortarse el pelo, afeitarse o tomar una cerveza.