Los Boinas Verdes son una unidad que actúa tanto en retaguardia como en la más avanzada vanguardia. Están formadas por 12 miembros. El primero es el capitán. Debajo de él hay un subordinado, y más abajo hay en realidad dos grupos más, formados cada uno por varios especialistas.
Hay especialistas en ingeniería, medicina, armas y comunicaciones, así como otros formados en operaciones de inteligencia. De esta manera, si la misión lo requiere, el grupo puede dividirse en dos más pequeños, o si un especialista muere, otro puede tomar su lugar.
Se promueve el entrenamiento cruzado, de manera que todos aprendan de todos lo necesario para llevar a cabo las operaciones. El rol de entrenadores siempre ha sido muy fuerte en los Boinas Verdes, y por eso cada uno de los integrantes del grupo suele conocer una o más lenguas además del inglés.
Se trata en definitiva de soldados entrenados tanto en cuerpo como en mente.
Edson Raff, uno de los oficiales de las fuerzas especiales, tiene el crédito de introducir la boina verde. En 1961 el presidente John F. Kennedy las autorizó para su uso exclusivo en las fuerzas especiales.
El presidente creyó que ya que tenían una misión especial, las fuerzas especiales deberían tener algo que las distinguiera del resto del Ejército. En 1962 declaró a la boina verde como un símbolo de excelencia, una placa de valor, una marca de distinción en la lucha de la libertad.
Aparte de la reconocida boina verde, a los soldados se les reconoce también por su atuendo un poco más informal que otros miembros del ejército de los Estados Unidos.