La ciudad de Albacete es conocida por su fama de hacer navajas, y esto no es un mito sino una realidad que apuesta cada vez más fuerte ya que viene de una tradición centenaria, desde la retirada de la ocupación mozárabe de la antigua Albasit

História de la Navaja Albaceteña

Aunque Albacete formaba región con Murcia, ahora está incorporada en la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha pero históricamente estaba ligada al Marquesado de Villena junto a Chinchilla de Montearagón.

Fue en esta parte que linda con Chinchilla es decir al sur de la ciudad donde en el siglo XVI se instalaron los primeros cuchilleros en talleres donde hacían todos los procesos de fabricación moldeando las hojas de los cuchillos en la forja a partir de acero fundido igual que se hacían las espadas en Toledo.

La navaja albaceteña surgió a finales del siglo XVI tras la prohibición promulgada por el Rey Carlos V de llevar armas de hoja larga a no ser que los portadores fueran nobles por lo que a los cuchilleros se les ocurrió la idea de hacer un cuchillo cuya hoja pudiera esconderse en el mango.

Albacete tiene su propio Museo de la Cuchillería donde se exponen muchísimos modelos de cuchillos y navajas antiguas.

Artesanía Popular

La calidad con la que los cuchilleros de Albacete fabricaban los cuchillos y navajas dio el prestigio a estos artesanos de los que todavía existen, aunque lógicamente el proceso de fabricación ahora se ayuda de máquinas aunque el montaje y acabado pasa por las expertas manos de estos maestros de la cuchillería.

Ahora el acero ya viene templado de fábrica y se suministra en láminas del grosor de las hojas, y lo que hacen los cuchilleros es cortarlas con un troquel que proporciona la forma exacta de la hoja.

El resto del proceso es idéntico al que se utilizaba hace siglos; en primer lugar las hojas, ahora de acero inoxidable, se someten a un proceso de desbaste conocido como amolado que consiste en rebajar el grosor de la hoja de acero para dar la forma del corte, aunque este amolado no llega a afilar la hoja.

Montaje de la Navaja

A la hoja de acero con la forma final se le hace un agujero que servirá para sujetar esta hoja al puño de la navaja mediante un hilo de cobre del mismo grosor que el agujero.

La empuñadura de la navaja sirve también de alojamiento para la hoja, pues esta se pliega y se esconde dentro del mango.

El mango de la navaja también lleva un agujero y lo que hace el artesano es colocar la hoja dentro del mango y pasar un alambre de cobre con la punta afilada de manera que traspasa el mango, la hoja y sale por el otro lado del mango.

Después se liman los extremos de alambre que sobresalen por el mango quedando este y la hoja formando una sola pieza.

Finalmente se le colocan las cachas que son los embellecedores del mango que se fabrican en madera, plástico o asta de ciervo entre otros materiales.

De igual manera que se coloca el mango, se le ponen los sistemas de cierre de seguridad, y las navajas se afilan quedando listas para su venta.

Garantía de Marca

Para evitar el aprovechamiento ilícito y las falsificaciones o imitaciones, el Ayuntamiento de Albacete junto al gremio de cuchilleros reclamó el nombre de Navajas de Albacete para salvaguardar la calidad de estas piezas siempre y cuando se fabriquen en la ciudad.

Es el propio consejo rector del gremio de cuchillería de Albacete quien concede la autorización del nombre y garantiza la procedencia de las piezas.