Las botas impermeables ofrecen la comodidad ideal para cualquier actividad, ya sea larga o corta, y una buena resistencia a diversos escenarios. Sin embargo, se debe tener cuidado, ya que incluso los materiales de calidad son susceptibles a roturas, suciedad, moho y cualquier otro daño.

Botas impermeables

Imagina que estás en un trekking, pero para completarlo debes cruzar un área inundada debido a la nieve que se derrite durante la madrugada. La temperatura es baja y resulta que tu bota no está en las mejores condiciones. Sería muy malo, ¿verdad?

El resultado de esta escena es predecible: tendrás que caminar por el terreno húmedo, empaparte los pies y esperar llegar pronto a tu hotel, campamento u hogar para cambiarte los calcetines.

Como máximo, te resfriarás o sufrirás una falta de circulación sanguínea en las extremidades inferiores. Es por eso por lo que cuidar el mantenimiento de tus botas impermeables es tan importante.

¿Cómo limpiar tus botas impermeables desde el exterior?

La limpieza de la bota impermeable no puede esperar. Esto significa que la limpieza externa debe realizarse poco después de su uso, como al caminar, viajar o acampar.

Cuando esto no se hace de inmediato, tu bota puede acumular suciedad y cuando decidas limpiarla requerirá más trabajo y es posible que no puedas eliminar todo. Para no equivocarte, sigas correctamente las recomendaciones de higiene y uso sugeridas en el manual del producto.

Sin embargo, si no has guardado la caja de tu bota impermeable, puedes hacer una limpieza común con un paño húmedo o un cepillo de cerdas suaves con agua.

La elección entre la tela y cepillo depende de la cantidad de suciedad y lodo acumulados. Lo crucial es no usar la tela con materiales más abrasivos.

¿Cómo hacer la limpieza interna?

A diferencia de la higiene externa, la limpieza de los elementos y accesorios internos se puede hacer más tarde. Es mejor indicar que se eliminan y se lavan por separado. Este es el caso de las plantillas y los cordones de los zapatos, que deben limpiarse con agua y jabón suave.

Para las plantillas, incluso puedes usar un cepillo pequeño o una esponja para eliminar el exceso de sudor y suciedad. Los cordones  también se deben frotar hasta que se liberen las impurezas. En el interior de la bota, usa un paño limpio y húmedo y no lo dejes en remojo.

La suela es la parte más gruesa, así que no tengas miedo de usar un cepillo más grueso para eliminar todo el lodo que se encuentra en las curvas de agarre de la parte que está en contacto con el suelo.

Olvídate de la exposición directa al sol de la bota, ya que puede contribuir a la decoloración de las telas. Busca las sombras y mantenlas en un lugar fresco el tiempo suficiente para garantizar un secado completo.

Solo guárdalas cuando estén completamente secas para evitar olores indeseables o moho durante el período de almacenamiento.

Una vez que se hayan secado correctamente, guarda adecuadamente tus botas impermeables Colócala en un ambiente alejado del polvo y la humedad, pero ventilado. No las almacenes en espacios cálidos y cerrados, como un baúl, una bolsa de plástico o una caja.

Otro cuidado que debes tener es no poner equipo, mochilas u otros objetos pesados sobre las botas. Pueden arrugarlas demasiado o cambiar su forma con el tiempo.

Cuando viajes, si es posible, mantén las botas en los pies para que no tengas que ponerlas en maletas muy apretadas.